Digamos que, de forma general, es la palabra que lleva a mayor confusión y debate en rico y variado mundillo del fútbol base. Y son muchas las opiniones y diferencias en cuanto a su interpretación pero me atrevería a decir que en el mayor de los casos, sumando unas y otras, coincidiremos en que el entorno que rodea a este gran mundo, apuesta por resultado, me equivoco?
El resultado del partido y su excesiva importancia en el fútbol base. Foto: Miranda Deportiva |
Pero también digo que no siempre le tendremos que dar la razón a la mayoría y es que apostar por el resultado, entendido como las sumas de goles de un partido y su consecuente estadística en forma de clasificación es, a todas luces un craso error que no hace más que interferir en el trabajo de un entrenador o formador de base a lo largo de la temporada. Ese, del que hablo, es el resultado a C/P que "todos" buscamos y que, estoy seguro, de nada ayuda a los más pequeños. El resultadismo, el cortoplacismo, las prisas... Nada de esto va a resultar adecuado para la larga etapa que abarca el fútbol base.
Todo lo contrario, el fútbol base debe trabajar para el futuro, para poder conseguir que esos resultados lleguen después de años de formación, para llegar a ver algo más allá de esos números a los que tanta importancia se les da al final de un partido. El resultado de goles, digamos, sin olvidarse por supuesto, tiene que ceder terreo al resultado formativo, al aprendizaje, al chequeo y control de la evolución y enseñanzas que recibe un niño.
No podemos perder más tiempo en ello. Se debería alejar del entorno del pequeño futbolista ese resultadismo que invade sus cabezas, esos gritos de ánimo y de responsabilidad, de carga y de lamento, de premio y de castigo. Son niños y no debería tener que soportar semejante peso sobre sus espaldas. Deben crecer y enriquecerse y desde luego deben aprender a ganar y también a perder.
El resultado del fútbol base deben ser esa cantidad de recursos que los pequeños aprenden, su enriquecimiento personal y deportivo, los amigos, la vivencia de situaciones a veces favorables y otras menos. El resultado es el que tras muchos años de formación y paciencia, los dota de capacidades y posibilidades para poder tener mejores oportunidades que sí requerirán esa mayor responsabilidad den un futuro. Es un tema delicado y estoy convencido de que actualmente, esa es una lucha que el fútbol base tiene, por norma general, tristemente perdida.
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