miércoles, 12 de marzo de 2014

El método de entrenamiento

Hoy vamos a hablar de un concepto muy manido en el fútbol, y muy concretamente en el fútbol base: el método. A nadie se le escapan los largos debates sobre cuál es el más eficaz para que los jóvenes jugadores asciendan peldaños en su formación hasta llegar al fútbol adulto.

Hace años el líder en este concepto era el analítico. Aislar determinados aspectos del juego, para entrenarlos por separado y finalmente aplicar al 11x11. Poco a poco se fue imponiendo el denominado integrado. Su punto de partida es que el juego tiene cuatro partes: técnica, táctica, psicológica y condicional. Lo que hacen los defensores de este método es unir varias de estas partes, o todas, a la hora de entrenar para luego aplicar también al 11x11.

método de entrenamiento
Foto: entrenadordefutbol.blogia.com 
Mi opinión sobre estas dos formas de entrenar es que se parecen mucho más de los que se diferencian. Realmente ambas parten de que el juego se puede dividir. La única diferencia es que uno entrena cada parte por separado y otro une varias a la vez.

Considero que el defensor de lo analítico va de frente. Puedes estar más o menos de acuerdo pero al menos sabes que lo que pregona lo aplica. Entiende que el juego se puede despiezar, entrenar cada fragmento y luego uniendo todo alcanzas una buena preparación para el 11x11. Sin embargo el integrado me parece un analítico camuflado, un “aparentador” (sé que no existe la palabra, es una invención propia para designar a entrenadores que buscan aparentar lógicamente). Quiere parecer “moderno”, distanciarse de sus antecesores a los que tacha de antiguos, y sin embargo parten de una denominación del método ya errónea para su discurso. Si realmente el juego es un todo, no puedes integrar nada ya que no se puede desintegrar de ese todo. No puedes fragmentar nada. Por tanto la idea de la que nace el método es la misma, que el juego puede separarse en partes. Lo que pasa que intentan hacernos creer que evolucionaron más porque meten siempre el balón para entrenar y se pavonean de engañar al futbolista. Realizan posesiones cuyo único objetivo es el condicional. Introducen la pelota en el ejercicio y así los jugadores “no se dan cuenta” de que están corriendo. Como si éstos no fueran conscientes de lo que realmente les están haciendo. Pero la aculturación es tan grande que los propios jugadores ya demandan el engaño. Prefieren vivir bajo el embuste con tal de disponer del premio de entrenar con la pelota de por medio.

El ser humano busca certezas. Se siente inseguro ante lo desconocido. Dudar de los dogmas establecidos genera desconfianza e incluso descalificación. No queremos que nos tambaleen los cimientos de nuestro conocimiento. Tenemos miedo de mirar más allá y de que los demás lo hagan. Pero esto es imprescindible, ya que si no hubiera habido personas que se cuestionaron cosas en las que toda la comunidad creía firmemente no habría progreso. Por tanto, más que reirnos de este tipo de personas, debemos estarles agradecidos. No “vienen a inventar el fútbol” como se escucha muchas veces, sino que trasmiten sus ideas y buscan mejorar. De todas maneras, desde este artículo no pretendo descalificar a nadie porque el respeto por las ideas de cada uno es fundamental, y aunque suene a sentencia lo que digo, es simplemente opinión personal.

Método futbolístico (el término no es de mi cosecha obviamente; lo he leído y escuchado en numerosos foros). Es el futuro para mí. El futuro, el presente y el pasado. Partir de lo que son los jugadores para dejarles mostrar todo su potencial. Tendemos a pensar que los jugadores de base deben dominar una serie de conocimientos según cada edad. Estoy de acuerdo pero tan sólo en parte. Ciertamente un infantil o un cadete debe dominar el pase o la conducción, está claro. Pero no debemos coartar sus posibilidades para potenciar supuestas virtudes que todo jugador debe disponer. A veces acabamos por robotizar a los jugadores. Debemos ayudarles a que saquen a la luz el potencial con el que nacen. Como dice Óscar Cano, “el jugador se hace descubriendo las capacidades con las que nace”. Y cada niño nace con unas virtudes que debemos ayudar a que descubra y aproveche. Lo que no tendríamos que hacer es clonar jugadores potenciando en todos lo mismo.

Quizá soy yo el equivocado, es posible. Pero me gustaría invitar a todos los entrenadores de base a la reflexión. Para zarandear nuestros conocimientos y modificar los mismos o para confirmar nuestras convicciones. Dudad, buscad, preguntaros cosas... y todo esto nos hará evolucionar. Pero sobre todo que nuestras limitaciones como entrenadores no perjudiquen a los futbolistas del futuro. Que nuestro inmovilismo intelectual no deteriore el talento de los más pequeños.

miércoles, 5 de marzo de 2014

El resultado en el fútbol base...

Digamos que, de forma general, es la palabra que lleva a mayor confusión y debate en rico y variado mundillo del fútbol base. Y son muchas las opiniones y diferencias en cuanto a su interpretación pero me atrevería a decir que en el mayor de los casos, sumando unas y otras, coincidiremos en que el entorno que rodea a este gran mundo, apuesta por resultado, me equivoco?

El resultado del partido y su excesiva importancia
en el fútbol base.
Foto: Miranda Deportiva
Pero también digo que no siempre le tendremos que dar la razón a la mayoría y es que apostar por el resultado, entendido como las sumas de goles de un partido y su consecuente estadística en forma de clasificación es, a todas luces un craso error que no hace más que interferir en el trabajo de un entrenador o formador de base a lo largo de la temporada. Ese, del que hablo, es el resultado a C/P que "todos" buscamos y que, estoy seguro, de nada ayuda a los más pequeños. El resultadismo, el cortoplacismo, las prisas... Nada de esto va a resultar adecuado para la larga etapa que abarca el fútbol base.

Todo lo contrario, el fútbol base debe trabajar para el futuro, para poder conseguir que esos resultados lleguen después de años de formación, para llegar a ver algo más allá de esos números a los que tanta importancia se les da al final de un partido. El resultado de goles, digamos, sin olvidarse por supuesto, tiene que ceder terreo al resultado formativo, al aprendizaje, al chequeo y control de la evolución y enseñanzas que recibe un niño.

No podemos perder más tiempo en ello. Se debería alejar del entorno del pequeño futbolista ese resultadismo que invade sus cabezas, esos gritos de ánimo y de responsabilidad, de carga y de lamento, de premio y de castigo. Son niños y no debería tener que soportar semejante peso sobre sus espaldas. Deben crecer y enriquecerse y desde luego deben aprender a ganar y también a perder.

El resultado del fútbol base deben ser esa cantidad de recursos que los pequeños aprenden, su enriquecimiento personal y deportivo, los amigos, la vivencia de situaciones a veces favorables y otras menos. El resultado es el que tras muchos años de formación y paciencia, los dota de capacidades y posibilidades para poder tener mejores oportunidades que sí requerirán esa mayor responsabilidad den un futuro. Es un tema delicado y estoy convencido de que actualmente, esa es una lucha que el fútbol base tiene, por norma general, tristemente perdida.

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Dónde está la calle?

Se suele decir que las sociedades evolucionan. Yo matizo: cambian. Evolución implica desarrollo, avance...pero la sociedad no avanza siempre y en todos los ámbitos, sino que en muchos está caminando hacia atrás. Hace años, demasiados ya, un niño bajaba a la calle con su pelota (o quizás sin ella pero con la seguridad que alguien tendría una) y pasaba horas jugando en ella. Tardes enteras de partidos sin reglas preestablecidas. Donde la única ley era la de los participantes y en última instancia la del dueño de la pelota. Cada tarde se producían infinidad de golpeos con diferentes superficies, con distintas posiciones corporales, con balones recibidos desde distintas trayectorias y alturas, con mayor número de adversarios o menor, terreno de juego más grande o más pequeño, con porteros fijos o no...

Cada crío empleaba muchas horas al día para jugar al fútbol en la calle porque las circunstancias sociales lo permitían ya que había muchos lugares que posibilitaban la práctica, el número de coches era muy inferior...y aparte, también tenían su tiempo de práctica en el equipo donde jugaban. Por tanto pasaban un número reducido de horas entrenando con su club, y uno muy amplio en la calle con diferentes contrarios y compañeros cuyo mejor entrenador estaba siempre presente: el propio juego.

Hoy día la situación ha cambiado rotundamente. Pasamos de que los niños estuvieran jugando hasta que la luz del día dejaba de alumbrar las calles al momento actual en que incluso hay carteles de “prohibido jugar a la pelota”. Vaya locura. No voy a decir nada nuevo cuando digo que las horas “jugadas” anteriormente pasan a ser innumerables partidos de consola. Ya no tienen una trayectoria futbolística real sino virtual. Disfrutan más en la consola que en el verde. Esta modificación de las rutinas infantiles provoca que los nuevos jugadores tengan menos picardía, menor nivel técnico (no creo que haya peores jugadores, sino una gran cantidad de menos jugadores buenos), con peor capacidad de decisión, mucha menos creatividad e imaginación, etc. La mejor escuela de fútbol es la calle y en estos tiempos ya se trata de una academia de lujo a la que pocos tienen acceso, no por su coste (gratis) sino por su inexistencia. Producto de esto tenemos un fútbol cada vez más rígido, al que le han robado la fantasía.

Evidentemente esto no va a cambiar, y menos porque yo haga este escrito, pero que sirva para que desde este pequeño rincón dedicado al fútbol base, levantemos la voz de todos cuantos echamos de menos aquella época de futbolistas inverosímiles, para que se prohíba prohibir jugar a la pelota, para que la consola pierda el protagonismo que debe volver a esa esfera de cuero. Para que hallar un lugar para jugar al fútbol sea más sencillo que encontrar a Wally. Para todos los que añoramos otro fútbol. En definitiva, para devolverle la libertad a este juego.


viernes, 14 de febrero de 2014

Entrenador por vocación

Ser entrenador de fútbol base es, sin dudarlo, una tarea realmente gratificante, llena de retos y de trabajo por delante. Enseñar, formar, observar la evolución y tratar de ayudar a que los pequeños progresen día a día con el fútbol como medio es una de las partes más enriquecedoras del mundo del fútbol y que, a los que nos apasiona, nos costará tener que dejarla algún día por algún motivo que nos lo impida.

Entrenar en fútbol base es una "profesión", entre comillas, realmente complicada y enriquecedora, ya que por mano de cada uno de los miles de entrenadores o formadores pasan muchos grupos de niños de lo más variado y de los cuales los técnicos se deben responsabilizar con el fin de aportarle, en el poco tiempo del que disponen, de sus mejores enseñanzas y consejos para enriquecerlos en su proceso formativo.

¿Cualquier entrenador es válido para la base?
Foto: Hambre de Fútbol
Es ahí cuando se aprecia el uso del fútbol base y de sus responsabilidades como un comodín en el que todo vale. Su importancia y consecuente responsabilidad por parte de los clubes no acostumbra a ir de la mano de esa necesaria suficiente valoración por parte de los mismos. Ese papel preponderante que debiera tener no acaba recibiendo la gratificación ni valoración suficiente, generalmente, dando de este modo cabida a todo y desde diferentes puntos de vista.

Surge así la duda, el título de este post, y es que unos de los máximos responsables de esta etapa crítica o de tan elevada importancia en la formación de los niños, son los entrenadores o formadores. No hay más que acercarse a un campo de entrenamiento y nos daremos cuenta de que los mejores entrenadores no están en la base, es suficiente con eso. No se puede entender, como en etapas tan claves para el desarrollo de estos pequeños, en todos los sentidos, no se cuente con gente suficientemente preparada o que al menos demuestre un componente vocacional que los diferencia claramente.

En este aspecto, el fútbol base, no puede dar cabida tan fácilmente a cualquier perfil de entrenador, los clubes tienen que ir más allá y tratar de encontrar gente que realmente tenga interés, disfrute y se apasione por formar, por enseñar y por tratar de mejorar cada día, por gente que se interese, que tenga ganas de aprender y que tengas unos objetivos e intenciones formativas más allá que las de sus propios reconocimientos a méritos personales. Un entrenador vocacional, en vez de tratar de rellenar una semana de entrenamientos con ejercicios sin ningún tipo de conexión ni objetivo formativo; tratará de aportar un sentido a todo, de buscar lo mejorar para adaptarlo a la edad y características de sus pequeños, tratará de ser mejor cada día, de aprender y conocer diferentes opiniones, de escuchar y de dar a los pequeños ese protagonismo que ellos merecen, entre otras muchas cosas.

Es por lo tanto necesario que sean los clubes los que exijan, los que pongan filtro de entrada y los que, desde ese punto fundamental, la elección de los mejores formadores de base, consigan un esfuerzo y pasión mayor en cada sesión y una mejora sustancial de la calidad de sus entrenamientos y resultados a L/P, que son los que valen la pena en este proceso formativo tan largo.

martes, 4 de febrero de 2014

Nace Fútbol Base Coach!

Este es el punto de partida de un nuevo proyecto que tendrá como temática principal el Fútbol Base.

Qué les vamos a contar, FÚTBOL BASE, esa es nuestra pasión. Somos un par de aficionados a este deporte, al fútbol, y unos verdaderos apasionados de su parte más pequeña, que para nosotros es la más grande, el fútbol base, ese que se encarga de aportar a unos niños todas las herramientas disponibles para desarrollarse tanto como persona dentro de una sociedad, como compañero dentro de un grupo con el que convive, como en algunos casos futurible futbolista.

El Trinche y Míster Base, con ideas coincidentes y otras dispares, pero siempre con la mente en el fútbol base. El objetivo aportar ideas, pero sobre todo leer, escuchar, compartir, aprender de los que realmente saben y divulgar que el trabajo con los más pequeños es la etapa quizás más importante.

Arrancamos en Fútbol Base Coach!

Cualquier idea, sugerencia o ayuda:

fbasecoach[a]gmail.com